domingo, 27 de diciembre de 2009

Todo se reduce al amor al prójimo por Karla Ricardez Cancino Comentarios al Libro: El Liderazgo del Profesor Universitario de Gustavo Velázquez M.

Una vez entendida nuestra posición como líderes, comprendemos que el liderazgo implica una forma especial de poder, como bien señala el autor, un trabajo completo y exhaustivo que se manifiesta y se expresa al lograr el desarrollo personal de cada uno de nuestros estudiantes. Si bien es cierto que la docencia en los niveles básicos es de suma importancia porque es la base sobre la cual seguiremos trabajando los docentes en grados superiores, también es cierto que los profesores universitarios tenemos tareas y responsabilidades mayores, y no solo hablamos de proporcionar los conocimientos teóricos necesarios, lo cual requiere una preparación constante de actualización, capacitación y especialización de nuestra parte, no solo en la rama del saber que dominamos, hablamos también del dominio de las técnicas y estrategias de la didáctica, lo que nos permitirá no solo poseer los conocimientos, sino también como transmitirlos. Debemos desarrollar de igual manera la habilidad humanística, lo cual nos llevará a establecer lazos afectivos importantes, sabremos entonces motivar a nuestros alumnos, orientarlos, dirigirlos, hablamos de un proceso de enseñanza- aprendizaje en el cual se ejerce un liderazgo adecuado.
Formamos profesionistas, pero no debemos olvidar que lo somos, somos profesionales esto nos obliga a conocer nuestras responsabilidades, derechos, conocer la Institución para la cual trabajamos, su misión, sus valores, sus fines, los programas de estudio, nuestra materia y como se relacionan con otras y encaminar nuestro trabajo en la misma dirección. Todo esto es un trabajo de enriquecimiento personal, que nos ayuda a crecer y a potencializar nuestras habilidades entonces de esta manera seremos capaces de desarrollar habilidades en los estudiantes y potencializarlas en el mayor grado posible. Debemos promover el trabajo de buena voluntad, a través de la inspiración y la motivación. Puede sonar sencillo, pero es una labor completamente altruista, basada en el amor al prójimo, es dar para que los demás crezcan.
El profesor universitario como figura central a quien los estudiantes se adhieren emocionalmente y del que esperan adquirir conocimientos, posee cierto tipo de poder, que adquiere cierto matiz dependiendo de la situación y el entorno, el primero es el poder de autoridad, que nos confiere la Institución y que reconocen los estudiantes, debe ser legítimo, puede ser cuestionado si no sabemos ganárnoslo y lo haremos solo a través de cultivar la estima y el respeto recíproco, es decir tratar a los alumnos como personas, como seres humanos y no abusar de esa autoridad que se nos confiere.

Otro tipo de poder no menos importante es el que nos otorga los conocimientos que poseemos y que inyecta confianza a los estudiantes así como el poder carismático que es el que nos permitirá inspirar, animar, estimular y conmover a los estudiantes para el cumplimiento de las tareas u objetivos marcados, también debemos ser capaces de recompensar a los alumnos cuando sea necesario, el poder del reconocimiento y la influencia que ejerce en los estudiantes es tan positivo pues reconocemos el esfuerzo, el talento, la dedicación en las tareas realizadas y los resultados pueden ser sorprendentes, también debemos de poseer la facultad de castigar cuando no se cumplen las obligaciones, la disciplina es tan importante y necesaria como el orden y la claridad, pero esa disciplina debe estar siempre presente en la figura del docente, predicar con el ejemplo es la base de nuestra enseñanza , no nos equivoquemos en la forma en la que percibimos el poder que tenemos, cumplir con todos nuestros deberes y obligaciones para con nuestros estudiantes es la clave de que el orden la organización, la justicia y la equidad nos rigen. Debemos hacer uso de estos poderes en la justa medida.
Aprendamos a conocernos, es importante saber como manejamos nuestra labor docente, que tipo de liderazgo ejercemos, ser objetivos y si nos descubrimos en un liderazgo de efectividad baja, trabajemos para llevarlo al nivel más alto y entender que cada grupo de alumnos con los que tenemos contacto es diferente, así como cada uno de los estudiantes que lo conforman, aprendamos también de ellos, seamos sensibles ante la gama de situaciones que se nos presenten, seamos capaces de percibir las diferencias, seamos efectivos. Si somos capaces de hacer un diagnóstico del entorno con el poder de la observación y si tenemos la habilidad y flexibilidad de adaptarnos al estilo del entorno entonces lograremos efectividad. Pero esa efectividad que tanto anhelamos en los profesores universitarios, esta ligado al método de enseñanza que desarrollamos, tenemos que planear, establecer objetivos claros, específicos y alcanzables, que requieran de esfuerzo, este trabajo de planeación implica trazar con anticipación el camino a seguir, establecer los canales de comunicación adecuados, delegar, motivar es decir ejecutar este plan para al final evaluar todo el proceso, corroborar que hubo aprendizaje significativo y crecimiento personal en nuestros estudiantes y por supuesto autoevaluar nuestra trabajo, para reinventarnos, para mejorar nuestros propios procesos. Si logramos despertar admiración total de nuestro trabajo en nuestros estudiantes, estaremos trascendiendo, habremos sembrado y realizado una excelente labor de transformar vidas.

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