domingo, 5 de septiembre de 2010

viernes, 1 de enero de 2010

LO QUE IMPLICA EL LIDERAZGO Por Emma Rosa Cruz Zepeta e Irayda Lisandra Rosas Mencias

PERFIL DEL LIDER DOCENTE
El liderazgo es una habilidad basada en las cualidades
Personales de alguien para lograr por parte de sus
Seguidores el cumplimiento voluntario de
Una amplia variedad de metas.
Velázquez Mastretta.
La tarea educativa, es una gran responsabilidad, puesto que requiere de personas preparadas con un espíritu de vocación, de entrega y sobre todo de gente comprometida con su misión que es educar.
En la actualidad se vive una crisis docente, puesto que quienes están al frente en la labor de educar, poseen grandes debilidades, las cuales son arrastradas por quienes necesitan ser educados: los alumnos. Por tanto se habla de rezago educativo, de resultados denigrantes en evaluaciones de conocimientos nacionales e internacionales, de bajo desarrollo en habilidades, conocimientos, actitudes y valores, que hacen que haya personas poco eficaces y preparadas para contribuir al desarrollo del país. La cuestión ante este problema es ¿qué se requiere para que la labor del profesor sea efectiva y logre el desarrollo armónico e integral de los estudiantes?
El gobierno se ha preocupado por brindar a los docentes las herramientas que coadyuven a mitigar las fallas que se han presentado, brinda cursos nacionales y estatales para que se actualicen y preparen en la metodología de enseñanza, reparte bibliografía para que se documenten, pone a su disposición centros de maestros donde encuentran apoyos tecnológicos, bibliográficos y asesorías técnico pedagógicas. Por lo cual se puede decir que se ha intentado que el profesor se transforme en un docente con prácticas efectivas. ¿Pero realmente dónde se encuentra la falla, por el cual el maestro no ha logrado superar sus debilidades?
Lamentablemente, los profesores que ahora están ejerciendo su función, fueron educados de forma pasiva, donde no les inculcaron ser rebeldes, no ser conformistas, no estar a la vanguardia y ni la capacidad de poder influir en los demás; o quizás sí tuvieron esta formación, pero a través del tiempo cayeron en la rutina y se acostumbraron a realizar sus prácticas de manera fácil y monótona, lo cual no implica esfuerzo alguno. Y ahí es donde está la principal falla, en la falta de liderazgo en los docentes, en el conformismo, en no estar abierto a los cambios que se requieren para obtener resultados favorables.
El presente documento pretende dar un esbozo sobre la necesidad del liderazgo docente y las cualidades y habilidades que requieren, para ser profesores eficaces que contribuyan a buscar el desarrollo de competencias en los educandos, intentando superar la crisis docente, por el cual se ha denigrado la labor del profesor.
En la sociedad se pone en práctica el liderazgo en todos los ámbitos, en la política, en las empresas, en las religiones, en las industrias y en las escuelas. El liderazgo consiste en el proceso de influir, guiar, y dirigir a los miembros de un grupo hacia el éxito en la consecución de metas y objetivos.
En educación, los líderes son los docentes que buscan influir en los estudiantes para realizar cambios y dirigirlos hacia propósitos comunes. Ellos son los encargados de guiarlos y orientarlos hacia metas que los hagan crecer. En estos tiempos en el cual se vive todo tipo de crisis desde económicas hasta educativas, se necesitan líderes docentes, capaces de formar ciudadanos que hagan frente a las necesidades que demanda la sociedad.
El liderazgo docente reside en el impulso que da el profesor a los estudiantes para provocar en ellos el desenvolvimiento de aprendizaje y desarrollo personal y colectivo induciéndolos en el proceso continuo de mejoramiento, de innovación y de aptitudes comprensibles a los cambios.
El trabajo del profesor radica en potenciar en los educandos todos sus talentos, trazando estrategias didácticas y utilizando recursos didácticos que ayuden a que todos sin excepción alguna logren resultados favorables. Esta es la principal misión del líder docente. Para poder poner en práctica ese liderazgo, ha de tener o acercarse a un perfil y desarrollar cualidades y habilidades que lo hagan ser una influencia positiva en sus seguidores, que son sus educandos
Por tanto ha de ser una persona que viva armónicamente sana tanto de su cuerpo como de mente, con ello habrá un equilibrio en él y estará dispuesto a apoyar, a quienes lo necesiten sin poner de manifiesto sus problemas personales.
Ha de ser visionario, vislumbrando el futuro, tanto de su carrera, como de los sucesos que se anteponen en su práctica docente, con sus alumnos y con sus iguales.
Debe contagiar entusiasmo, en sus seguidores y en sus colegas, para transmitir esa vibra positiva que haga que el trabajo o misión que desempeña sea realizada con gusto y obteniendo resultados positivos.
Ha de ser honesto, la decencia debe estar sobre él para poder influir en los estudiantes y ganarse su respeto.
Debe ser un gran comunicador, siempre establecer relaciones entre sus colegas y estudiantes, interesarse por sus gustos y necesidades, descubriéndolas a través del diálogo con ellos y para así planear su práctica docente.
Ha de ser convincente, en la toma de decisiones y de actuar en el momento preciso, ante cualquier circunstancia.
Debe ser un gran negociador, para establecer tratos entre el alumnado buscando obtener participación en las tareas educativas.
Ha de actuar de forma coherente, esto es predicar con el ejemplo, teniendo conexión con lo que dice y hace.
Ha de saber manejar la capacidad de mando, esto es hacer cumplir su misión, sin llegar al poder coercitivo que consiste en castigos, más bien ha de poner en práctica el poder carismático, donde el profesor se pone en el lugar del alumno, comprendiendo sus fortalezas y debilidades, poniendo en práctica la motivación y así alcanzar las metas que se propongan.
Estas son algunas de tantas cualidades que debe poseer todo maestro para llegar a ser líder. Las autoridades educativas, no deben preocuparse solamente por satisfacer necesidades técnicas de los profesores, sino también han de mostrar interés por que el docente, cultive cualidades dignas de representar un cargo importante como es la formación de los niños y jóvenes mexicanos. De acuerdo a las necesidades que surgen en el país, se requiere de gente, en este caso de profesores que sean capaces de impulsar y de poner en práctica la motivación, el cambio y la rebeldía ante lo no digno y lo injusto.
Actualmente, podemos encontrar docentes muy preparados en su materia o en conocimientos, pero realmente, se requiere de docentes que sean más humanos, que se interesen verdaderamente por el cliente que están atendiendo, por potenciar en él, no sólo conocimientos, sino también actitudes y valores positivos, que los hagan ser en un futuro líderes en el ámbito donde se desenvuelvan.
Se sabe que el profesor a través del tiempo ha sido un líder, pero que ha puesto en práctica diferentes tipos de poder para mantenerse en su papel y en tratar de ejercer influencia en sus estudiantes, pero que no siempre, y en la mayoría de veces, no ha logrado influir en sus educandos. En consecuencia se piden profesores que tengan una dualidad en cualidades y habilidades docentes.
Las cualidades son las que lo harán reflejarse como persona, que entiende y comprende y busca el bien en sus seguidores; y las habilidades como profesional, buscan el desarrollo intelectual y de competencias de sus mismos discípulos. Si estas características son sumadas y puestas en práctica harán del profesor un líder docente transcendente.
El líder trascendente es aquel que tiene como propósito la mejora de aquellos a quienes dirige y sirve; busca, preferentemente, que las personas desarrollen todo su potencial y que se identifiquen con la misión de prepararse. El liderazgo trascendente es dinámico, en el sentido de que los líderes se comprometen seriamente con sus seguidores, quiénes por ello se sentirán elevados y a menudo se volverán más activos, creando con ello nuevos cuadros de líderes.
Para que el docente se comprometa en su labor y con sus educandos, ha de desarrollar habilidades profesionales que lo apoyen a realizar de manera efectiva su trabajo, por tanto, estas son algunas habilidades que debe poseer:
Conocer y comprender la misión, los propósitos y metas que debe lograr en sus educandos, con ello se sumergirá en las acciones que pondrá en práctica y en la toma de decisiones, para actuar de forma significativa para obtener el logro de éstas.
Organizar y animar situaciones de aprendizaje, debe conocer a través de las disciplinas a impartir los contenidos que debe enseñar y la manera en cómo diseñar estrategias de enseñanza-aprendizaje significativas, usando los recursos didácticos necesarios; de trabajar a partir de las representaciones de los alumnos, involucrándolos en su mismo aprendizaje, haciendo frente a la heterogeneidad de los estudiantes y desarrollando la cooperación entre ellos.
Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo, fomentar el deseo de aprender a través de la motivación que transmite, haciendo explícita la relación con el conocimiento y el sentido del trabajo escolar, desarrollando la capacidad de autoevaluación en el estudiante; además, ofreciendo actividades diversas de formación opcional, para que el alumno aprenda a partir de sus intereses y necesidades.
Participar en la gestión de la escuela, ser actor en la elaboración de proyectos institucionales, de administrar los recursos de la escuela, de coordinar y fomentar una institución escolar con todos los componentes: consejo técnico (grupo de docentes que se reúnen para tratar asuntos relacionados con la enseñanza-aprendizaje), asociación de padres de familia y asociación de alumnos.
Trabajar en equipo elaboraborando proyectos educativos, donde se trabaje a partir de la misión común con los compañeros docentes, compartiendo éxitos y fracasos dentro del entorno escolar, diseñando estrategias que contribuyan al logro de las metas; manifestando sus visiones y resolviendo problemas que afectan el buen desempeño de todos los miembros.
Organizar la propia formación continua, analizar su práctica docente, sus fallas y aciertos para mejorar; actualizarse en la disciplina que imparte y en su didáctica; fomentar el deseo de innovar y de usar las nuevas tecnologías que coadyuven en su labor.
Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión docente, estar consciente de la labor que desempeña, de la responsabilidad que tiene de educar a los niños y jóvenes, de no incurrir en actos injustos e indignos que denigren la esencia del profesor, que es quien orienta y dirige a sus seguidores, buscando siempre el cumplimiento de metas y del bien común de los estudiantes.
Para obtener profesores con la capacidad de líderes se demanda dejar viejas prácticas y apatías que ensombrecen la ennoblecedora labor del docente. Para ello, se debe impulsar el desarrollo humano del maestro, los funcionarios educativos, así como promueven cursos de actualización, también deben enfocarse en los verdaderos problemas que afectan al docente, como es la falta de visón, de iniciativa, de entrega, de compromiso de innovación, de ser líderes.
En las escuelas de formación docente, deben poner énfasis en el perfil de egreso de cada estudiante, para que no sólo egrese como maestro normalista, sino como “líder docente”, competente en hacer revolución de cambio donde se requiera, siempre buscando el logro de metas que beneficien su misión y la institución en donde labore.
El ser líder docente, no es una tarea fácil, se requiere de un gran esfuerzo, dedicación, vocación y amor. De sentir satisfacción de poder influir en los demás, de comprometerse y potencializar todo el producto que se tiene en mano, diseñando una obra de arte que no solo beneficiará al alumno, sino a toda la sociedad en el país.
En las manos de los profesores se encuentra la solución de terminar con la crisis docente. Es verdad que se encuentran diversidad de obstáculos que en muchas ocasiones impiden que se pueda ejercer la misión del profesor, pero con tenacidad, perseverancia, constancia y sobre todo teniendo como prioridad el objetivo de buscar el bien común de los seguidores, se puede lograr. No se puede olvidar que el país necesita Líderes capaces de transformar y depurar los males que afectan el progreso.
BIBLIOGRAFÍA

Garibay, G Luis. Articulo “El perfil del líder”
Maestretta, Velázquez G. “El liderazgo del Profesor Universitario”, 1985, pp. 21-26, 28-33.
Perrenoud, Philippe (2004) “Diez nuevas competencias para enseñar”, pp. 15-16 147-154.
Uribe, Mario. “El liderazgo docente en la construcción de la cultura escolar de calidad: Un desafío de orden superior”. (Artículo publicado en: UNESCO OREALC; Revista PRELAC; No. 1 Año Julio de 2005.
“El camino del Líder”, Articulo de La escuela Académico Profesional de la Facultad de Ciencias Sociales y Turismo, de la Universidad Nacional, ”José Faustino Sánchez Garrión”.
Liderazgo Docente http://serpiente.dgsca.unam.mx/rompan/70/rf70art2.html
Liderazgo Docente en las aulas Guía de Capacitación Directorio de Empresas que imparten cursos, seminarios, conferencias. www.guiadecapacitacion.com

REFLEXIONES ACERCA DE LA CONGRUENCIA DEL EDUCADOR. Por Héctor Alberto Aguirre Palavicini.

Bienaventurados los hombres loables cuyos pasos dejan huellas perpetuas en nuestros senderos. (En honor del arquitecto Rubén Barcelata Monterrey, catedrático de la UAG Campus Tabasco, que fue requerido por Dios para pintarnos un cielo de alegría)
La coherencia conductual de los alumnos representa la prueba más fidedigna de la honestidad o deshonestidad de nuestra labor catedrática. El siguiente documento es un análisis, personal, del impacto moral y social que han provocado en mí, como individuo, los profesores que han formado parte de mi formación académica.
Los albores de la formación conductual del individuo se da, en principio de cuentas, en el seno familiar. El entorno que delinea nuestra percepción de la vida, conformado por nuestro (s) profesor(a/es) primario(s), padre(s) y/o madre(s). En nuestros primeros tropiezos, así como en nuestras primeras palabras pronunciadas, intimamos con ese modelo doméstico que nos va mostrando, de a poco, los desafíos que esperan por nosotros conforme el tiempo transcurra. Afirma Stephen Cobey que, es en el seno familiar, donde las manifestaciones de confianza e integración de las personas moldean al individuo y su actitud para con el futuro.
Y, aunque las enseñanzas y comportamientos de mamá y papá , dentro y fuera de la casa, conforman la base de nuestras primeras convicciones como individuos, también las relaciones ajenas al lazo sanguíneo repercuten en nuestros pensamientos y nuestros actos. Las aulas de clases han alojado a los niños que estuvimos y lo harán con los que vendrán. Estos recintos en los que los infantes permanecen en un promedio de seis a ocho horas cinco días por semana, representan la segunda casa de nuestros niños, de ahí la importancia de que las aulas sean hogares y no meras casas de instrucción.
Ante los ojos de los alumnos, el profesor o profesora asume el rol de “padre o madre”, y he aquí la prioridad de extender y fortalecer el historial moral de los niños y jóvenes. Solo si estamos certeramente convencidos de que cada palabra que emana de nuestro pensamiento va directamente hacía los oídos de nuestros jóvenes, y ante nuestro pleno reconocimiento de que cada movimiento que ejecutamos es observado por sus ojos, aceptaremos que más que un docente representamos una imagen paterna y /o materna para nuestros alumnos.
El que redacta, aún no tiene la fortuna de experimentar la sensación de la paternidad sanguínea, pero si he disfrutado de la dicha que proporcionan los alumnos al expresarse con respeto hacia sus vidas y sus triunfos, por muy minúsculos que estos sean. Por el lado contrario, he sufrido las carencias y penas que embargan a sus destinos. Somos “padres” porque de nosotros depende una respuesta que les auxilie a pensar objetivamente, o nuestro silencio que coarta toda necesidad de reflexionar. Nuestro rol no se adjudica a cuanto demandamos de nuestros alumnos en el aspecto académico, un gran peso de nuestra labor es el cuanto estamos dispuestos a ofrecer con nuestras actitudes.
La disonancia conductual no puede ni debe tener cabida en nuestro ejercicio como educadores, de ser así, toda requisición que esperemos de nuestros alumnos y todo cúmulo de conocimiento que ellos esperen de nosotros se reduciría a un juego de hipocresía y deslealtad. La congruencia entre nuestros pensamientos, y el cómo los hacemos tangibles, representa la llave que nuestros alumnos precisan para abrir la puerta de la confianza, la misma que, en mi rol de dicente, en ocasiones he desistido por abrirla. La diferencia entre desear o desistir de abrir esta puerta lo son los docentes congruentes y honestos y los que se burlan de serlo.
Como seres humanos (perfectibles más no perfectos) tendientes a errar, el asumir las consecuencias favorables o desfavorables de nuestros actos representa ya, para mí, un acto de cabalidad y de civismo (cualidad que se ha ido perdiendo lamentablemente). Pero quien se escuda bajo la premisa de la mentira y la excusa, y peor aún, de la práctica desleal; no es digno de siquiera pretender enseñar. El juez más severo es nuestra conciencia.
Los rasgos de nuestros profesores y el tacto humano que manifestaron y manifiestan para dirigirse a nosotros como alumnos y como personas, nos motivan a confiar y a creer en la belleza de enseñar y aprender; a dirigirnos a ellos con respeto y admiración como profesionistas y como seres humanos, y a adoptar sus puntos favorables y moldearlos a nuestra persona. Está la contraparte, nuestros profesores que tenían y tienen debilidades en la práctica didáctica y de relaciones persona – persona, detractar es muy sencillo y empobrecedor, propongo que identifiquemos esos puntos vulnerables y que, para enriquecer nuestra labor docente nos cuestionemos; ¿tendré yo la misma disposición que ese profesor “barco”? ¿No me habré excedido en el volumen de mi voz al haberles corregido?
Ante lo anterior, el ser auténtico como profesor implica también ser auténtico como ciudadano, perseverar en el mantenimiento de las causas justas y de las buenas acciones no nos excluye de ignorar nuestro compromiso fuera de las instalaciones de trabajo. La sociedad clasifica los actos de la humanidad en dos, correctos e incorrectos, este es el mismo criterio que empleamos como profesores para emitir nuestros juicios al evaluar las actividades del proceso enseñanza-aprendizaje. En un examen escrito un enunciado lo podemos considerar correcto o incorrecto para responder a un cuestionamiento, dependiendo de nuestras expectativas para considerar que el alumno verdaderamente asimiló el contenido de esa asignatura.
Entonces ¿cuáles son las expectativas que nuestros alumnos tienen depositadas en nosotros? Lo plantearé de manera sencilla y, dado que tengo la fortuna de ser docente y dicente, procederé a enlistar mis listas de expectativas, la primera como profesor y la segunda como alumno.
Como profesor lo que espero de mis alumnos es lo siguiente:
1.- Compromiso y alto rendimiento para con mi asignatura.
2.- Respeto para con sus compañeros y para mí.
3.- Puntualidad en asistencia y entrega de tareas.
4.- Adquisición de su autoconfianza para exponer sus dudas y aportar sus opiniones.
Ahora toca l turno a mis expectativas como alumno:
1.- Compromiso, alto rendimiento en la impartición de cátedra.
2.- Respeto a mí y mis compañeros.
3.- Puntualidad.
4.- Justo y coercitivo en sus decisiones y acciones.
5.- Dominio de la asignatura.
6.- Que no olvide que trata con personas.
7.- Que procure todo lo anterior.
Como podemos observar, el alumno espera más aportes favorable del docente, pero esta situación rara vez se da ya sea que, una de las dos partes no esté interesada en averiguarlo directamente. Solo hasta el momento que los monitoreos arrojan resultados acerca de nuestro desempeño, nos detenemos y reflexionamos con respecto a nuestro rendimiento y congruencia. ¿Por qué estoy errando en este aspecto? ¿Qué estoy omitiendo al proporcionar información? iYa verán, ahora si me van a conocer esos muchachos!
La crítica enriquece lo que somos y lo que podemos llegar a ser, si lo vemos favorablemente, sin embargo, si solo nos enfocamos en ella como un ataque a nuestra “integridad” y como preámbulo de represalias, mucho cuidado, estamos ante la primer señal de venganza e injusticia, y no hay manifestación más disidente que el educar sin ser educado; entiéndase pues que como profesores formamos parte de la continua inmadurez /madurez que tantas veces pretendemos inculcar en nuestros jóvenes dicentes. No pretendamos dar un consejo cuando no somos capaces de aceptarlo.
Las omisiones que, a nuestro criterio son insignificantes, son para nuestros alumnos los más mayúsculos y los que determinan la estabilidad de la balanza de nuestra credibilidad. Es por eso que debemos ser muy sinceros en cuan demandantes son nuestras tareas y como se trabajará para lograrlas, esto constituye un factor en pro de la confianza que el alumnado deposite en el profesor.
Cuando las instrucciones están debidamente descritas las labores se efectúan con interés y entusiasmo, eso habla muy bien del docente, puesto que denota su habilidad para comunicarse con los alumnos. La buena comunicación es el arte de hacerte entender ante uno o más individuos; pero no es tan sencillo lograrlo, sobre todo si la confianza por un motivo de falta de buena comunicación influyó para que esta (la confianza) sea casi nula o inexistente.
Mediante la práctica se pones en uso lo que conocemos, así como se reconoce que el ejemplo hace más comprensible cualquier teoría. Solo en la medida en que empalmemos lo que pensamos con la realidad estaremos habilitados para hablar de honestidad. Es primordial ser inquebrantable en nuestras convicciones si pretendemos dirigir y liderar con credibilidad. Si la credibilidad no está arraigada difícilmente se lograrán la motivación en los alumnos y, por consiguiente, la ejecución de las tareas se verá afectada conllevando a un pobre logro de los objetivos.
Seamos el profesor que no tuvimos, ese del que tanto nos quejábamos por su impuntualidad, o por solo hacer vida social en el aula, o porque solo asignaba tareas y no se dignaba a revisarlas, o porque tenía poco o nulo dominio de su asignatura, o el que asumía el rol de capataz y dictador aboliendo la participación del alumnado. Ese profesor el cual, solo recordarlo, me provoca ganas de desistir y tirar la toalla porque nunca obtuve de él unas palabras de aliento, o una felicitación por mis logros.
Asumamos la responsabilidad que implica formar profesionistas responsables, honestos, sabedores de sus habilidades individuales y de sus capacidades para colaborar en un equipo. He aquí el perfil del alumno y profesionista que hemos añorado y queremos llegar a ser. No nos conformemos con ser académicamente hábiles, la indiferencia ante las cuestiones éticas y de civismo son la causa de la insensibilidad por la cual las sociedades modernas enfrentan cada vez más actos de corrupción, competencia desleal, criminalidad, etc.
En nuestras aulas hay mentes brillantes, abiertas a la constante búsqueda de inspiradores del bien común, no colaboremos para que esas mentes prefieran desistir ante la búsqueda y tomar brechas, quizás más cortas, pero también nocivas para la reputación del individuo.
Nuestra reputación se va construyendo segundo tras segundo, mediante nuestros comentarios, el cumplimiento de nuestras promesas, mediante la impartición de justicia en el aula, y fuera de ella también. La reputación se pone a una prueba de alta dificultad cuando y donde no hay miradas a las que pretendamos aleccionar.
Mis padres y sus ideas y valores son parte fundamental de lo que soy, pero sería injusto no darle el mérito correspondiente a cada profesor que, con distintos estilos de impartir cátedra, han contribuido y siguen contribuyendo para afinar mis habilidades técnicas y de trato humano. Así como también, espero sembrar la semilla del civismo en mis alumnos, que tengan capacidad de hacer valer los derechos y obligaciones, de abogar por el débil en medida justa, de marchar con la honestidad como estandarte.


Me da la sensación que a nuestra juventud la fe de creer se le escapa por la sencilla razón de que no tienen modelos creíbles y confiables. Es menester como docentes, alumnos, y como parte de una sociedad, que precisa sanarse de las heridas que unos cuantos han ocasionado en ella, ser congruentes de tiempo completo, esto implica con nuestra familia, con los vecinos, con los compañeros de trabajo, con nuestros alumnos, y primordialmente con nosotros mismos.
No pretendamos tapar el sol con un dedo, los círculos sociales en el que nuestros jóvenes se desenvuelven, muchos de ellos son grupos viciados y corroídos por la inmoralidad y por la tendencia al egoísmo en sus actos. No olvidemos que todos somos responsables de todos, por lo tanto no deleguemos esta responsabilidad a terceros, cuando formamos parte de una sociedad somos actores de sus avances y de sus retrasos.
Como cita la oración del estudiante de Santo Tomás de Aquino, debemos ser acertados para iniciar la tarea y fungir como directores en la búsqueda del progreso con la perfección como fin primordial. Fuimos y seguiremos siendo alumnos, en aulas y ante los retos que la vida nos depara, somos y seguiremos siendo educadores de individuos en aulas y fuera de ellas.
Para educar debemos ser un evangelio tangible, creíble, visible. He tenido el honor de haber conocido a uno, de nombre Rubén Barcelata Monterrey, inspiración latente en muchos docentes de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Campus Tabasco. Un hombre y un maestro en toda la extensión de la palabra, de esos que ya no abundan tan fácilmente. Gracias por todo lo enseñado Rubén, hasta siempre maestro.












Bibliografía

Cobey, Stephen (2002). Motivación, la visión de Cobey. Expo Management gestión de negocios, 30-31.
Hunstman, Jon M. (2005). Los ganadores nunca mienten. (pp. 1-6). Wharton School Publishing.
Autor: Héctor Alberto Aguirre Palavicini.
Último grado académico: Licenciatura.
Institución: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Actividad actual: Docente de la Universidad Autónoma de Guadalajara Campus Tabasco.
Dirección de correo electrónico: hectoragu79@hotmail.com

¿A CASO EXISTE UN BUEN LIDER EN LA IMPLANTACION GENERAL DEL NUEVO PROGRAMA DE EDUCACION PREESCOLAR POR LILIANA ALVARADO HDEZ

¿A CASO EXISTE UN BUEN LIDER EN LA IMPLANTACION GENERAL DEL
NUEVO PROGRAMA DE EDUCACION PREESCOLAR?


La educación preescolar ha ido evolucionando con la finalidad de que las educadoras cuenten con herramientas conceptuales y de carácter practico que les permitan comprender con mayor profundidad los programas que se han implementado en México, donde reflexionen sobre su práctica docente e identifiquen los cambios que deben realizar para favorecer las potencialidades y competencias de los alumnos.

A continuación les explicare brevemente algunos programas que se han llevado ala práctica docente de preescolar:

En el programa de 1942 el trabajo se centraba en las experiencias de párvulo a través de sus relaciones con el hogar, la comunidad y la de la naturaleza, a fin de capacitarlo para la vida misma. En el jardín de niño encontraría la continuación del hogar.

En el programa 1962 el trabajo se fundamentaba en los intereses, necesidades, desenvolvimiento biopsiquico y la adecuada conducción emotiva del niño, se planteaban trabajos sencillos para facilitar el paso de lo informal a lo formal.
El programa se consideraba de carácter global porque coordinaba las actividades “mentales, motrices y sociales, estaba organizado en cinco áreas de trabajo y en los siguientes centros de interés: el hogar, la comunidad y la naturaleza, además de las cuatro estaciones del año.

En el programa 1981 se adopto el enfoque psicogenetico donde se pretendía traducir y aplicar los hallazgos científicos de Jean Piaget sobre el desarrollo del pensamiento en los niños al campo de la educación y la didáctica.
Durante este periodo el pensamiento del niño recorre etapas que van desde un egocentrismo hasta de una forma de pensamiento que se va adaptando a los demás y ala realidad objetiva.

En el programa 1992 se basa en el respeto a las necesidades e intereses de los niños, así como a su capacidad de expresión y juego para favorecer su socialización son los principios que fundamentaron dicho programa.
Durante este periodo el niño es gracioso y tierno, tiene impulsos agresivos y violentos, es competitivo. Desde su nacimiento tiene impulsos sexuales, mediante el juego expresa pensamientos, impulsos y emociones.

Algunas Opiniones de Educadoras 2002 es importante que las educadoras sepan observar a los niños, sobre todo su nivel de madurez si sabe recortar, colorear, copiar su nombre, todo lo que les desarrolla su coordinación motriz fina y gruesa.
Algo importante que el niño aprenda a socializar, a compartir porque no saben nada cuando entran al jardín, por eso hay que hacer reglas que los niños aprendan a respetar.


De acuerdo a lo analizado podemos observar, reflexionar sobre cada uno de los programas que se han implementado en México, donde nos podemos cuestionar ¿realmente los lideres responsables de la Educación Preescolar han mejorado la Educación para nuestros niños?
En mi opinión personal, considero que cada una de la teorías que se han sustentado en cada uno de los programas educativos, cada uno busca expresar sus distintos enfoques metodológicos , es indudable que Jean Piaget, Vigosky y Pestalozzi han aportado conocimientos y descubrimientos en el desarrollo cognitivo y social, pero algo importante que debemos de tener en cuenta los lideres responsables de la subsecretaria de Educación Básica es que la gran mayoría de las pruebas, muestras, teorías aplicadas han sido con niños extranjeros y debemos estar concientes que son contextos culturales, sociales muy diferentes, simplemente el comparar una ciudad con un rancho hay muchas diferencias muy notables ahora si comparamos los países no existe tal comparación, por lo cual no se ha ejercido el ser un buen líder en todos los aspectos ya que que un buen líder exige mayor preocupación por el todo. Donde se preocupen realmente por una educación teórica y practica donde se fundamentan ambas partes entre si, ya que el líder no solo ha de servirse de lo existente (teorías que ya existen desde años en la educación) si no también debe forjar lo que podría y debería ser, ya que cada sistema educativo necesita servirse a si mismo, pero también mejorar y crecer, aunque hay que estar concientes que no todos los lideres son capaces de renovar los programas educativos.

Actualmente esta en la practica el programa 2004 el cual varias educadoras comentan que se les facilita el llevar a cabo la planeación, y donde el principal objetivo es que el alumno descubra su propio razonamiento por lo cual este programa se divide en: 6 campos formativos donde se busca favorecer habilidades en los alumnos.
Considero que para llevar a cabo este programa si se ha llevado más concientización en su elaboración ya que hasta la fecha se sigue analizando este programa en los cursos de actualización para docentes. Algo que considero importante es la participación de teóricos mexicanos que ya han estado participando y poniendo ala practica sus teorías en niños mexicanos.
¿Consideran que es necesario construir redes de responsabilidad que implique la participación de los líderes y subordinados para mejorar el sistema educativo en México?



ALUMNA: LILIANA ALVARADO HERNANDEZ.


BIOGRAFIA: 1.- CURSO DE FORMACION Y ACTUALIZACION PROFESIONAL PARA EL PERSONAL DOCENTE DE EDUCACION PREESCOLAR.

2.- PROGRAMA 2004.

3.- PREELECTIOS DE LIDERAZGO.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Todo se reduce al amor al prójimo por Karla Ricardez Cancino Comentarios al Libro: El Liderazgo del Profesor Universitario de Gustavo Velázquez M.

Una vez entendida nuestra posición como líderes, comprendemos que el liderazgo implica una forma especial de poder, como bien señala el autor, un trabajo completo y exhaustivo que se manifiesta y se expresa al lograr el desarrollo personal de cada uno de nuestros estudiantes. Si bien es cierto que la docencia en los niveles básicos es de suma importancia porque es la base sobre la cual seguiremos trabajando los docentes en grados superiores, también es cierto que los profesores universitarios tenemos tareas y responsabilidades mayores, y no solo hablamos de proporcionar los conocimientos teóricos necesarios, lo cual requiere una preparación constante de actualización, capacitación y especialización de nuestra parte, no solo en la rama del saber que dominamos, hablamos también del dominio de las técnicas y estrategias de la didáctica, lo que nos permitirá no solo poseer los conocimientos, sino también como transmitirlos. Debemos desarrollar de igual manera la habilidad humanística, lo cual nos llevará a establecer lazos afectivos importantes, sabremos entonces motivar a nuestros alumnos, orientarlos, dirigirlos, hablamos de un proceso de enseñanza- aprendizaje en el cual se ejerce un liderazgo adecuado.
Formamos profesionistas, pero no debemos olvidar que lo somos, somos profesionales esto nos obliga a conocer nuestras responsabilidades, derechos, conocer la Institución para la cual trabajamos, su misión, sus valores, sus fines, los programas de estudio, nuestra materia y como se relacionan con otras y encaminar nuestro trabajo en la misma dirección. Todo esto es un trabajo de enriquecimiento personal, que nos ayuda a crecer y a potencializar nuestras habilidades entonces de esta manera seremos capaces de desarrollar habilidades en los estudiantes y potencializarlas en el mayor grado posible. Debemos promover el trabajo de buena voluntad, a través de la inspiración y la motivación. Puede sonar sencillo, pero es una labor completamente altruista, basada en el amor al prójimo, es dar para que los demás crezcan.
El profesor universitario como figura central a quien los estudiantes se adhieren emocionalmente y del que esperan adquirir conocimientos, posee cierto tipo de poder, que adquiere cierto matiz dependiendo de la situación y el entorno, el primero es el poder de autoridad, que nos confiere la Institución y que reconocen los estudiantes, debe ser legítimo, puede ser cuestionado si no sabemos ganárnoslo y lo haremos solo a través de cultivar la estima y el respeto recíproco, es decir tratar a los alumnos como personas, como seres humanos y no abusar de esa autoridad que se nos confiere.

Otro tipo de poder no menos importante es el que nos otorga los conocimientos que poseemos y que inyecta confianza a los estudiantes así como el poder carismático que es el que nos permitirá inspirar, animar, estimular y conmover a los estudiantes para el cumplimiento de las tareas u objetivos marcados, también debemos ser capaces de recompensar a los alumnos cuando sea necesario, el poder del reconocimiento y la influencia que ejerce en los estudiantes es tan positivo pues reconocemos el esfuerzo, el talento, la dedicación en las tareas realizadas y los resultados pueden ser sorprendentes, también debemos de poseer la facultad de castigar cuando no se cumplen las obligaciones, la disciplina es tan importante y necesaria como el orden y la claridad, pero esa disciplina debe estar siempre presente en la figura del docente, predicar con el ejemplo es la base de nuestra enseñanza , no nos equivoquemos en la forma en la que percibimos el poder que tenemos, cumplir con todos nuestros deberes y obligaciones para con nuestros estudiantes es la clave de que el orden la organización, la justicia y la equidad nos rigen. Debemos hacer uso de estos poderes en la justa medida.
Aprendamos a conocernos, es importante saber como manejamos nuestra labor docente, que tipo de liderazgo ejercemos, ser objetivos y si nos descubrimos en un liderazgo de efectividad baja, trabajemos para llevarlo al nivel más alto y entender que cada grupo de alumnos con los que tenemos contacto es diferente, así como cada uno de los estudiantes que lo conforman, aprendamos también de ellos, seamos sensibles ante la gama de situaciones que se nos presenten, seamos capaces de percibir las diferencias, seamos efectivos. Si somos capaces de hacer un diagnóstico del entorno con el poder de la observación y si tenemos la habilidad y flexibilidad de adaptarnos al estilo del entorno entonces lograremos efectividad. Pero esa efectividad que tanto anhelamos en los profesores universitarios, esta ligado al método de enseñanza que desarrollamos, tenemos que planear, establecer objetivos claros, específicos y alcanzables, que requieran de esfuerzo, este trabajo de planeación implica trazar con anticipación el camino a seguir, establecer los canales de comunicación adecuados, delegar, motivar es decir ejecutar este plan para al final evaluar todo el proceso, corroborar que hubo aprendizaje significativo y crecimiento personal en nuestros estudiantes y por supuesto autoevaluar nuestra trabajo, para reinventarnos, para mejorar nuestros propios procesos. Si logramos despertar admiración total de nuestro trabajo en nuestros estudiantes, estaremos trascendiendo, habremos sembrado y realizado una excelente labor de transformar vidas.

sábado, 26 de diciembre de 2009

EMPATIA Y LIDERAZGO. ¿NECESARIAS PARA UN ARQUITECTO? Por Alejandra Ordoñez

EMPATIA Y LIDERAZGO. ¿NECESARIAS PARA UN ARQUITECTO?

RESUMEN
Como docente en la carrera de Arquitectura he observado la falta de empatía en los alumnos en el momento de proyectar un espacio, esto como respuesta a un acelerado ritmo de vida que la misma sociedad se ha impuesto, y la nueva filosofía de productividad que ha invadido a los seres humanos y los ha deshumanizado. Da como respuesta un Arquitecto falto de sensibilidad e inconsciente de que está creando algo para otro ser humano. Un Arquitecto debe de proveerse de empatía y Liderazgo para alcanzar el éxito en lo que realice.

PALABRAS CLAVES
Empatía, Arquitecto, Arquitectura, Liderazgo, Líder Arquitecto, Docencia y Arquitectura.
Autor: Arq. Alejandra Ordoñez Méndez. 2009

ARQUITECTURA Y ARQUITECTO
Podría empezar hablando de lo que considero ser Arquitecto y lo que es Arquitectura. Etimológicamente Arquitecturaproviene del griego αρχ» (arch), cuyo significado es «jefe\a, quien tiene el mando», y de «τεκτων»(tekton), es decir «constructor o carpintero». Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el director de la construcción y la arquitectura es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción de los edificios y estructuras, ya que, para los antiguos griegos, la palabra «Τεχνη (techne)» significa saber hacer alguna cosa. De ella proceden las palabras "Técnica" y también "Tectónico" (Constructivo). En su sentido más amplio, William Morris dio la siguiente definición:
La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana : no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.» (The Prospects of architecture in Civilization, conferencia pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro On Art and Socialism, Londres, 1947.) Le Corbusier (Vers une Architecture, 1923) "La arquitectura está más allá de los hechos utilitarios. La arquitectura es un hecho plástico. (...) La arquitectura es el juego sabio, correcto, magnífico de los volúmenes bajo la luz. (...) Su significado y su tarea no es sólo reflejar la construcción y absorber una función, si por función se entiende la de la utilidad pura y simple, la del confort y la elegancia práctica. La arquitectura es arte en su sentido más elevado, es orden matemático, es teoría pura, armonía completa gracias a la exacta proporción de todas las relaciones: ésta es la "función" de la arquitectura". Cada autor tiene un enfoque diferente, el cual pretende destacar desde una perspectiva muy personal, les diré algo, finalmente todos los autores tienen la razón . . . Arquitectura es TODO; eso y más. Para mi Arquitectura es el arte de proyectar espacios que hayan sido identificados que respondan a las necesidades de los usuarios de manera integral e innovadora, con el fin de lograr una relación armónica entre los usuarios.
Mas sin embargo no es motivo de éste ensayo reconocer las aportaciones de dichos autores para adoptarlos cambiándole el enfoque. En realidad solo es la base o punto de partida para tratar de entender y responder a la pregunta: ¿Qué se requiere para ser Arquitecto?, ¿Qué le es indispensable para hacer Arquitectura? Fuera de Implicaciones Tecnológicas, Artísticas y Científicas que implica la labor de hacer Arquitectura existe un factor que no debemos de olvidar, el factor Humano. La Arquitectura se hace para los humanos, por lo que se debe admirarla y respetarla. La Arquitectura conlleva carácter, sentido y estilo. No se trata solamente de levantar muros, porque eso sólo sería construir, más no Arquitectura; Arquitectura es hacer realidad la creatividad plasmada con una filosofía combinada con un estilo definido, basándose en un sentido común y lineamientos. Es dejar salir los sentimientos y enfocarlos a una nueva creación.
Ahora vamos a enfocarnos en las personas que se encargan de hacer Arquitectura. Los Arquitectos, que más que ser personas que hayan obtenido un título, o que hayan cumplido con el perfil de egreso de la licenciatura de Arquitectura; porque aunque técnicamente se cuente con todos los requisitos. En realidad a lo que me refiero es: Empatía y Liderazgo. Tratemos en principio de cuentas a la Empatia.
EMPATIA.-
Etimológicamente La actual denominación de empatía es un neologismo de origen griego, acuñado por primera vez por Titchener para traducir la palabra Einfuluhng. Desde el punto de vista psicoanalítico, Freud la define como el mecanismo por medio del cual somos capaces de comprender las circunstancias de otra vida mental, en tanto Fenichel la divide en 2 actos: una identificación con la otra persona y, posteriormente, la conciencia de los propios sentimientos después de la identificación, que conduce a la conciencia de los sentimientos del objeto. Finalmente fue la ciencia médica quien adopto el término empatía y lo utilizó como una manera de interrelacionarse entre médicos y sus pacientes. Carl Rogers fue el primer autor que enfatizó la comprensión empática junto a la congruencia y aceptación incondicional como requisitos imprescindibles para poder establecer el clima psicológico adecuado en una relación terapéutica. Este autor entendía por comprensión empática: "La captación precisa de los sentimientos experimentados por el paciente y de los significados que estos tienen para él y, una vez captados, comunicárselos". De forma independiente y siguiendo otra línea de investigación, Balint intentó capacitar a los médicos para reconocer y comprender las dolencias de los enfermos, no solo en función de los conflictos y problemas personales, sino para utilizar luego esta comprensión con fines terapéuticos; es decir, pretendía diseñar un sistema que permitiese al facultativo ofrecer ayuda psicológica a sus pacientes sin interrumpir lo habitual de su práctica diaria.
En la actualidad empatía es catalogada como una cualidad indispensable para lograr una adecuada comunicación con el paciente, tanto por parte de los médicos como psicoterapeutas. Se considera empático al profesional que posee una elevada productividad y expresividad verbal, así como la capacidad para entender y permanecer concentrado ante los mensajes del paciente; por el contrario, se estima que carece de esta virtud el facultativo que abusa del silencio, interrumpe las intervenciones de los enfermos o prolonga demasiado sus respuestas. Sin embargo no sólo en la medicina se utiliza la empatía, en realidad ésta acepción puede emplearse en cualquier momento en cualquier individuo.
CON LA EMPATIA ¿SE NACE O SE HACE?
Las manifestaciones de la Empatía empiezan a aparecer en las personas normalmente a muy temprana edad. Esto es porque la empatía se comunica no solo de manera verbal, si no a través de determinados movimientos faciales, que se evidencian desde cortas edades, principalmente en ambientes de intercambio sociales. Es más existen investigaciones que indican que la capacidad para la empatía existe desde el medio intrauterino, en un cerebro normal de un feto, que se va a ir madurando una vez nacido a través de la interacción entre un desarrollo cognitivo y experiencias subjetivas en determinado medio social. Por lo tanto puedo deducir que la empatía es mucho mas que un acto reflejo involuntario, se involucran los sentimientos ante un “Yo podría ser tú”. La empatía requiere vivir, conocer y amar su profesión.
EMPATIA Y ARQUITECTURA
Y si se preguntan por la relación de Arquitectura con Empatía, pues en realidad es la base de un buen Arquitecto. Porque solamente desde una postura empática será capaz de identificar las verdaderas necesidades del usuario para quien está diseñando. Es decir, el Arquitecto debe de ponerse en los zapatos de toda y cada persona que utilizará el inmueble que vaya a proyectar.
Algo muy triste que he observado como docente de Arquitectura, es la falta de esa empatía por parte de los alumnos, considero que es por la falta de humanismo que vienen arrastrando, ya que están “programados” solo para pensar de manera “productiva” y no “humana”; cuando es realmente necesario que se tome en cuenta el aspecto humano, ya que la arquitectura es para los humanos. A mis alumnos les he pedido encarecidamente que se pongan en los zapatos de todos. La Profesión de un Arquitecto es la más polifacética que he conocido, y no lo digo solo porque yo sea arquitecta. Pero para que se entienda más a fondo a que me refiero, expondré el siguiente ejemplo lo más claro y sencillo posible.
Solo basta echar a volar un poquito la imaginación, ya sean Arquitectos, estudiantes, amas de casa, administrativos, en fin, sea cual sea a que se dediquen. Imagínense que quieren poner un negocio de restaurante, el cual lo acotaré con las siguientes características: Será un restaurante para una capacidad de 200 comensales (personas sentadas comiendo), el restaurante lo están pensando para un nivel socioeconómico medio-alto, de tipo familiar con licencia para servir bebidas alcohólicas en cantidad limitada. Si les solcito que enlisten el programa arquitectónico (listado de espacios indispensables requeridos para operar las actividades propias del inmueble). ¿Qué espacios enlistarían?. Sin afán de ofender a ningún lector, las respuestas generales serían las siguientes: Acceso, Área de Mesas, Baños, Caja y Cocina. ¿Porque ésta respuesta? Muy sencillo, porque es lo que la experiencia nos dicta, ya que son las áreas que normalmente quedan a la vista del público en general, a menos que por alguna razón se haya visitado un restaurante en toda su extensión. Es aquí donde se demuestra que solamente siendo empáticos, y poniéndose en los zapatos de “todos” se tendrá un programa de necesidades más acorde a la realidad. Es decir “Yo como Usuario”, que necesito que tenga ese restaurante?= 1. Estacionamiento, Acceso, Recibidor, Área de Comensales, Área de Juegos infantiles, Servicios sanitarios, Salidas de Emergencia y Caja. Ahora bien “Yo como afanador”, que necesito que tenga ese restaurante?= 2. Acceso de servicio independiente del principal, Vestidores para cambio de ropa, Locker para dejar mis pertenencias, Checador para registrar mi llegada, Cuarto séptico donde estén mis utensilios de trabajo, área de esparcimiento de servicio. Por otra parte “Yo como gerente”, que necesito que tenga ese restaurante?= 3. Acceso privado, estacionamiento privado, oficina principal con vista al área de mesas y acceso rápido a la cocina, sanitario privado. Y qué tal si ahora nos ponemos en el papel del cocinero, “Yo como Cocinero” ¿que necesito que tenga ese restaurante?= 4. Acceso de servicio, Checador para mi registro, vestidores, servicios sanitarios, cocina, despensa, área de congelación, área seca, área de cocción, área de preparación de alimentos, barra de entrega de alimentos, barra de pedidos de alimentos, depósito de basura. Finalmente considero suficiente para esclarecer el ejemplo, ya que en realidad faltan uno que otro usuario del restaurante: Si planeamos un cuadro frío entre una postura personal no empática contra otra empática quedaría lo siguiente:
Postura Personal Individual Postura desde una perspectiva Empática
• Acceso
• Área de Mesas
• Baños
• Caja y,
• Cocina 1. ¿Como Usuario que necesito? Estacionamiento, Acceso, Recibidor, Área de Comensales, Área de Juegos infantiles, Servicios sanitarios, Salidas de Emergencia y Caja.
2. ¿Cómo afanador que necesito? Acceso de servicio independiente del principal, Vestidores para cambio de ropa, Locker para dejar mis pertenencias, Checador para registrar mi llegada, Cuarto séptico donde estén mis utensilios de trabajo, área de esparcimiento de servicio.
3. ¿Cómo gerente que necesito? Acceso privado, estacionamiento privado, oficina principal con vista al área de mesas y acceso rápido a la cocina, sanitario privado.
4. ¿Como cocinero que necesito? Acceso de servicio, Checador para mi registro, vestidores, servicios sanitarios, cocina, despensa, área de congelación, área seca, área de cocción, área de preparación de alimentos, barra de entrega de alimentos, barra de pedidos de alimentos, depósito de basura
5. Como contador, cajero, proveedor, etc .
Finalmente se puede observar, la diferencia por el simple hecho de ponerse en los zapatos de cada individuo que ingresará al inmueble por uno u otro motivo. ¿Reconocen ahora la importancia de la empatía en un Arquitecto?
Ahora imagínense lo polifacético que puede llegar a ser un arquitecto!, porque nos tenemos que convertir en religiosos, en restauranteros, en médicos, bailarines, docentes, administrativos, artesanos, barrenderos, etc. Ya que en realidad, solo comprendiendo las actividades que tiene cada persona, sólo imaginándonos un recorrido para realizar de manera correcta determinada actividad sin que se invadan espacios entre unos y otros, podemos crear esos espacios. Claro está, no se trata de cumplir caprichos de los clientes, sino en poder sentir sus necesidades, ayudarlos a que ellos mismos determinen sus requerimientos. Y es aquí donde entra la siguiente característica de un Arquitecto: EL Liderazgo.
LIDERAZGO
“Es la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos".
Chiavenato, Idalberto (1993)

LIDER
Líder es aquel que no solo concibe, genera y define los objetivos, sino que los sabe expresar, comunicar y contagiar.
Alfonso Siliceo
Un Arquitecto debe de ser líder, y entiendo por líder en un arquitecto “Persona cuya principal virtud es su vocación de servicio hacia los clientes en el proceso de recopilación-integración-diseño, orientada a una creación trascendente de espacios, mediante la aplicación de sus conocimientos y empatía, para guiar y otorgar de forma flexible e innovadora la satisfacción de las necesidades de los usuarios en cuanto a espacios se refiere”.
Un arquitecto líder motiva a su grupo de trabajo y a sus clientes, tomando las palabras de covey y aplicándolas a éste caso Los arquitectos no debemos de tener “grupos de trabajadores”, debemos de formar “equipos de trabajo”. Debemos de relacionarnos con los demás profesionistas que complementarán nuestro diseño, dentro del margen de respeto. Existen decisiones que pueden ser tomadas entre todo el grupo, y cuando se aplica de esa manera, los participantes se sienten partes de “algo importante”, y sin que ellos se percaten, ya están involucrándose dentro de la filosofía de el arquitecto. Pero ésta es una labor muy importante y no tan fácil de realizar, cada especialista es diferente, cada especialidad se lleva de diferente manera, cada grupo se desenvuelve diferente; por tal motivo no existe una fórmula mágica de cómo actuar, pero si se lleva la labor con integridad, confianza, participación y dando el mejor ejemplo, será una labor mucho más fácil de concretar.
Algo muy importante de destacar es que un Arquitecto, así como ninguna persona en realidad, puede saberlo todo, solamente lo suficiente, pero si debe de saber cómo llegar a encontrar lo que se necesita saber. Y en cuanto a los tipos de Liderazgo que existen, solo queda por decir que debe aplicarse dependiendo de la situación.
Como docente de Arquitectura he tenido la grandiosa oportunidad de aprender de mis alumnos, cada experiencia dentro del aula me hace recapacitar, mis propios alumnos me han hecho ser mejor profesionista, mejor arquitecto, mejor ser humano. Y es algo mágico, porque estoy en contacto con ideas grandiosas, a las cuales puedo ayudar a encaminar, complementar, cultivarme de ellas. Uno de los defectos que “tenemos” los arquitectos, es que tendemos a ser sumamente individualistas, no nos gusta trabajar en equipo, y el aspecto humano tendemos a dejarlo a un lado. Agradezco a la docencia el regresarme a ese lado humano, absolutamente necesario en cualquier profesión, pero tan indispensable en la docencia. He entendido que el docente tiene una responsabilidad tan grande como la de un arquitecto forjando edificios, solo que como docente mis edificios son mis alumnos, y si no les ayudo a que ellos mismos se forjen sus cimientos, mis edificios al salir a la vida con el mínimo aire se derribarán al suelo.
CONCLUSION
Finalmente ésta recopilación entre Empatía, Liderazgo, Arquitectura y Docencia es un reflejo de lo que hoy en día constituye mi vida. Amo la Arquitectura tanto como a la Docencia, pero nunca por encima de mi familia. Considero indispensables en éstas dos áreas la Empatía y el Liderazgo. En cuanto a la familia, nunca olvidar que tenemos un compromiso hacia ella, somos indispensables para nuestros hijos y padres. Y aunque lograr un equilibrio es algo difícil, considero que con una actitud con amor en todos nuestros actos, el equilibrio se irá dando de manera paulatina. Una de las labores más difíciles que tenemos que hacer es auto analizarlos a nivel general, hacer una reflexión y lograr reconocer con toda sinceridad en que, a quien, y de qué forma estamos fallando.




BIBLIOGRAFIA
1. Antología El Perfil del Líder. Dr. Luis Garibay G.
2. Antología “Motivación”, La visión de Covey.
3. Arquitectura, Economía y Ecologia. Instituto Juan de Herrera. Av. Juan de Herrera 4. 28040 MADRID. ESPAÑA. ISSN: 1578-097X
4. Centro de Información de Medicina Militar. Empatía: la quintaesencia del arte de la medicina. Bol Bibliotec 1997:1-12.)
5. Mayor Guerra E, Río Caballero G del, Tabares Cumplido G, Fernández Pérez SR. Empatía: ¿conoce su significado? [artículo en línea]. MEDISAN 2002;6(2). [consulta: 20/dic/2009]

Autor: Arq. Alejandra Ordoñez Méndez
Postulante de la Maestría en Educación en la Universidad Autonoma de Guadalajara, Campus Tabasco
Docente de Arquitectura en UAG Campus Tabasco
aleordmen@yahoo.com
aleordmen@hotmail.com

martes, 22 de diciembre de 2009

REFLEXIONES ACERCA DE LA CONGRUENCIA DEL EDUCADOR. por Héctor Alberto Aguirre Palavicini.

Bienaventurados los hombres loables cuyos pasos dejan huellas perpetuas en nuestros senderos. (En honor del arquitecto Rubén Barcelata Monterrey, catedrático de la UAG Campus Tabasco, que fue requerido por Dios para pintarnos un cielo de alegría)
La coherencia conductual de los alumnos representa la prueba más fidedigna de la honestidad o deshonestidad de nuestra labor catedrática. El siguiente documento es un análisis, personal, del impacto moral y social que han provocado en mí, como individuo, los profesores que han formado parte de mi formación académica.
Los albores de la formación conductual del individuo se da, en principio de cuentas, en el seno familiar. El entorno que delinea nuestra percepción de la vida, conformado por nuestro (s) profesor(a/es) primario(s), padre(s) y/o madre(s). En nuestros primeros tropiezos, así como en nuestras primeras palabras pronunciadas, intimamos con ese modelo doméstico que nos va mostrando, de a poco, los desafíos que esperan por nosotros conforme el tiempo transcurra. Afirma Stephen Covey que, es en el seno familiar, donde las manifestaciones de confianza e integración de las personas moldean al individuo y su actitud para con el futuro.

Y, aunque las enseñanzas y comportamientos de mamá y papá , dentro y fuera de la casa, conforman la base de nuestras primeras convicciones como individuos, también las relaciones ajenas al lazo sanguíneo repercuten en nuestros pensamientos y nuestros actos. Las aulas de clases han alojado a los niños que estuvimos y lo harán con los que vendrán. Estos recintos en los que los infantes permanecen en un promedio de seis a ocho horas cinco días por semana, representan la segunda casa de nuestros niños, de ahí la importancia de que las aulas sean hogares y no meras casas de instrucción.

Ante los ojos de los alumnos, el profesor o profesora asume el rol de “padre o madre”, y he aquí la prioridad de extender y fortalecer el historial moral de los niños y jóvenes. Solo si estamos certeramente convencidos de que cada palabra que emana de nuestro pensamiento va directamente hacía los oídos de nuestros jóvenes, y ante nuestro pleno reconocimiento de que cada movimiento que ejecutamos es observado por sus ojos, aceptaremos que más que un docente representamos una imagen paterna y /o materna para nuestros alumnos.

El que redacta, aún no tiene la fortuna de experimentar la sensación de la paternidad sanguínea, pero si he disfrutado de la dicha que proporcionan los alumnos al expresarse con respeto hacia sus vidas y sus triunfos, por muy minúsculos que estos sean. Por el lado contrario, he sufrido las carencias y penas que embargan a sus destinos. Somos “padres” porque de nosotros depende una respuesta que les auxilie a pensar objetivamente, o nuestro silencio que coarta toda necesidad de reflexionar. Nuestro rol no se adjudica a cuanto demandamos de nuestros alumnos en el aspecto académico, un gran peso de nuestra labor es el cuanto estamos dispuestos a ofrecer con nuestras actitudes.

La disonancia conductual no puede ni debe tener cabida en nuestro ejercicio como educadores, de ser así, toda requisición que esperemos de nuestros alumnos y todo cúmulo de conocimiento que ellos esperen de nosotros se reduciría a un juego de hipocresía y deslealtad. La congruencia entre nuestros pensamientos, y el cómo los hacemos tangibles, representa la llave que nuestros alumnos precisan para abrir la puerta de la confianza, la misma que, en mi rol de dicente, en ocasiones he desistido por abrirla. La diferencia entre desear o desistir de abrir esta puerta lo son los docentes congruentes y honestos y los que se burlan de serlo.
Como seres humanos (perfectibles más no perfectos) tendientes a errar, el asumir las consecuencias favorables o desfavorables de nuestros actos representa ya, para mí, un acto de cabalidad y de civismo (cualidad que se ha ido perdiendo lamentablemente). Pero quien se escuda bajo la premisa de la mentira y la excusa, y peor aún, de la práctica desleal; no es digno de siquiera pretender enseñar. El juez más severo es nuestra conciencia.

Los rasgos de nuestros profesores y el tacto humano que manifestaron y manifiestan para dirigirse a nosotros como alumnos y como personas, nos motivan a confiar y a creer en la belleza de enseñar y aprender; a dirigirnos a ellos con respeto y admiración como profesionistas y como seres humanos, y a adoptar sus puntos favorables y moldearlos a nuestra persona. Está la contraparte, nuestros profesores que tenían y tienen debilidades en la práctica didáctica y de relaciones persona – persona, detractar es muy sencillo y empobrecedor, propongo que identifiquemos esos puntos vulnerables y que, para enriquecer nuestra labor docente nos cuestionemos; ¿tendré yo la misma disposición que ese profesor “barco”? ¿No me habré excedido en el volumen de mi voz al haberles corregido?

Ante lo anterior, el ser auténtico como profesor implica también ser auténtico como ciudadano, perseverar en el mantenimiento de las causas justas y de las buenas acciones no nos excluye de ignorar nuestro compromiso fuera de las instalaciones de trabajo. La sociedad clasifica los actos de la humanidad en dos, correctos e incorrectos, este es el mismo criterio que empleamos como profesores para emitir nuestros juicios al evaluar las actividades del proceso enseñanza-aprendizaje. En un examen escrito un enunciado lo podemos considerar correcto o incorrecto para responder a un cuestionamiento, dependiendo de nuestras expectativas para considerar que el alumno verdaderamente asimiló el contenido de esa asignatura.
Entonces ¿cuáles son las expectativas que nuestros alumnos tienen depositadas en nosotros? Lo plantearé de manera sencilla y, dado que tengo la fortuna de ser docente y dicente, procederé a enlistar mis listas de expectativas, la primera como profesor y la segunda como alumno.

Como profesor lo que espero de mis alumnos es lo siguiente:
1.- Compromiso y alto rendimiento para con mi asignatura.
2.- Respeto para con sus compañeros y para mí.
3.- Puntualidad en asistencia y entrega de tareas.
4.- Adquisición de su autoconfianza para exponer sus dudas y aportar sus opiniones.

Ahora toca l turno a mis expectativas como alumno:
1.- Compromiso, alto rendimiento en la impartición de cátedra.
2.- Respeto a mí y mis compañeros.
3.- Puntualidad.
4.- Justo y coercitivo en sus decisiones y acciones.
5.- Dominio de la asignatura.
6.- Que no olvide que trata con personas.
7.- Que procure todo lo anterior.

Como podemos observar, el alumno espera más aportes favorable del docente, pero esta situación rara vez se da ya sea que, una de las dos partes no esté interesada en averiguarlo directamente. Solo hasta el momento que los monitoreos arrojan resultados acerca de nuestro desempeño, nos detenemos y reflexionamos con respecto a nuestro rendimiento y congruencia. ¿Por qué estoy errando en este aspecto? ¿Qué estoy omitiendo al proporcionar información? iYa verán, ahora si me van a conocer esos muchachos!

La crítica enriquece lo que somos y lo que podemos llegar a ser, si lo vemos favorablemente, sin embargo, si solo nos enfocamos en ella como un ataque a nuestra “integridad” y como preámbulo de represalias, mucho cuidado, estamos ante la primer señal de venganza e injusticia, y no hay manifestación más disidente que el educar sin ser educado; entiéndase pues que como profesores formamos parte de la continua inmadurez /madurez que tantas veces pretendemos inculcar en nuestros jóvenes dicentes. No pretendamos dar un consejo cuando no somos capaces de aceptarlo.
Las omisiones que, a nuestro criterio son insignificantes, son para nuestros alumnos los más mayúsculos y los que determinan la estabilidad de la balanza de nuestra credibilidad. Es por eso que debemos ser muy sinceros en cuan demandantes son nuestras tareas y como se trabajará para lograrlas, esto constituye un factor en pro de la confianza que el alumnado deposite en el profesor.

Cuando las instrucciones están debidamente descritas las labores se efectúan con interés y entusiasmo, eso habla muy bien del docente, puesto que denota su habilidad para comunicarse con los alumnos. La buena comunicación es el arte de hacerte entender ante uno o más individuos; pero no es tan sencillo lograrlo, sobre todo si la confianza por un motivo de falta de buena comunicación influyó para que esta (la confianza) sea casi nula o inexistente.
Mediante la práctica se pones en uso lo que conocemos, así como se reconoce que el ejemplo hace más comprensible cualquier teoría. Solo en la medida en que empalmemos lo que pensamos con la realidad estaremos habilitados para hablar de honestidad. Es primordial ser inquebrantable en nuestras convicciones si pretendemos dirigir y liderar con credibilidad. Si la credibilidad no está arraigada difícilmente se lograrán la motivación en los alumnos y, por consiguiente, la ejecución de las tareas se verá afectada conllevando a un pobre logro de los objetivos.
Seamos el profesor que no tuvimos, ese del que tanto nos quejábamos por su impuntualidad, o por solo hacer vida social en el aula, o porque solo asignaba tareas y no se dignaba a revisarlas, o porque tenía poco o nulo dominio de su asignatura, o el que asumía el rol de capataz y dictador aboliendo la participación del alumnado. Ese profesor el cual, solo recordarlo, me provoca ganas de desistir y tirar la toalla porque nunca obtuve de él unas palabras de aliento, o una felicitación por mis logros.

Asumamos la responsabilidad que implica formar profesionistas responsables, honestos, sabedores de sus habilidades individuales y de sus capacidades para colaborar en un equipo. He aquí el perfil del alumno y profesionista que hemos añorado y queremos llegar a ser. No nos conformemos con ser académicamente hábiles, la indiferencia ante las cuestiones éticas y de civismo son la causa de la insensibilidad por la cual las sociedades modernas enfrentan cada vez más actos de corrupción, competencia desleal, criminalidad, etc.
En nuestras aulas hay mentes brillantes, abiertas a la constante búsqueda de inspiradores del bien común, no colaboremos para que esas mentes prefieran desistir ante la búsqueda y tomar brechas, quizás más cortas, pero también nocivas para la reputación del individuo.

Nuestra reputación se va construyendo segundo tras segundo, mediante nuestros comentarios, el cumplimiento de nuestras promesas, mediante la impartición de justicia en el aula, y fuera de ella también. La reputación se pone a una prueba de alta dificultad cuando y donde no hay miradas a las que pretendamos aleccionar.
Mis padres y sus ideas y valores son parte fundamental de lo que soy, pero sería injusto no darle el mérito correspondiente a cada profesor que, con distintos estilos de impartir cátedra, han contribuido y siguen contribuyendo para afinar mis habilidades técnicas y de trato humano. Así como también, espero sembrar la semilla del civismo en mis alumnos, que tengan capacidad de hacer valer los derechos y obligaciones, de abogar por el débil en medida justa, de marchar con la honestidad como estandarte.

Me da la sensación que a nuestra juventud la fe de creer se le escapa por la sencilla razón de que no tienen modelos creíbles y confiables. Es menester como docentes, alumnos, y como parte de una sociedad, que precisa sanarse de las heridas que unos cuantos han ocasionado en ella, ser congruentes de tiempo completo, esto implica con nuestra familia, con los vecinos, con los compañeros de trabajo, con nuestros alumnos, y primordialmente con nosotros mismos.
No pretendamos tapar el sol con un dedo, los círculos sociales en el que nuestros jóvenes se desenvuelven, muchos de ellos son grupos viciados y corroídos por la inmoralidad y por la tendencia al egoísmo en sus actos. No olvidemos que todos somos responsables de todos, por lo tanto no deleguemos esta responsabilidad a terceros, cuando formamos parte de una sociedad somos actores de sus avances y de sus retrasos.
Como cita la oración del estudiante de Santo Tomás de Aquino, debemos ser acertados para iniciar la tarea y fungir como directores en la búsqueda del progreso con la perfección como fin primordial. Fuimos y seguiremos siendo alumnos, en aulas y ante los retos que la vida nos depara, somos y seguiremos siendo educadores de individuos en aulas y fuera de ellas.

Para educar debemos ser un evangelio tangible, creíble, visible. He tenido el honor de haber conocido a uno, de nombre Rubén Barcelata Monterrey, inspiración latente en muchos docentes de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Campus Tabasco. Un hombre y un maestro en toda la extensión de la palabra, de esos que ya no abundan tan fácilmente. Gracias por todo lo enseñado Rubén, hasta siempre maestro.


Bibliografía

Cobey, Stephen (2002). Motivación, la visión de Cobey. Expo Management gestión de negocios, 30-31.
Hunstman, Jon M. (2005). Los ganadores nunca mienten. (pp. 1-6). Wharton School Publishing.
Autor: Héctor Alberto Aguirre Palavicini.
Último grado académico: Licenciatura.
Institución: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Actividad actual: Docente de la Universidad Autónoma de Guadalajara Campus Tabasco.
Dirección de correo electrónico: hectoragu79@hotmail.com